La postergación y el desánimo fueron puestas a un costado, hoy en este 2018. Es que cuarenta familias, que representan a cuarenta oportunidades de poder acceder a su vivienda alcanzaron esa luz de ver con sus propios ojos la concreción.
La meta fue alcanzada en éste tiempo, finalmente. Nos alegra profundamente por quienes nos bajaron los brazos y persistieron, en abrazar el objetivo.
El pasado viernes en barrio Salto Nuevo, los últimos ocho núcleos familiares recibieron de manos del jefe comunal y su equipo de gobernanza las llaves de una nueva realidad: la casa propia.
La actual administración del Departamento salteño, no eludió el compromiso que venía del tenebroso y oscuro período anterior, concretamente desde 2011.
Fue en esa época, año 2011, cuando se les aseguró a cuatro decenas de familias de Salto que invirtieron tiempo, esfuerzo, dedicación, esmero y renuncias; que el complejo habitacional se hacía.
Y ya sabemos que no se hizo. Tampoco se sabe a ciencia cierta a dónde fue a parar la inversión económica que desde el Gobierno Nacional arribó a las arcas de aquella Intendencia de tinieblas, a través del Fondo de desarrollo del interior.
Pero de eso se encargará la auditoría en ejercicio, seguramente. Habrá que dejar trabajar a los profesionales del derecho, pero confiamos en la justicia y en el esclarecimiento que vendrá. Pensemos solamente en aguardar un tanto. Podemos hacerlo.
El actual equipo de gobierno de Salto, asumió desde el 2016, la tarea de desarrollar los trabajos destinando una significativa inversión de recursos propios que permitiera la construcción íntegra de las 40 viviendas.
Hubo que afrontar desde la comuna salteña lo que estaba por venir. Sabido es que el gobierno nacional no vuelve a remitir la inversión para el mismo proyecto ya presentado. Aquellos dineros se perdieron y las cuarenta familias necesitaban respuestas. Y además, atisbos de realidad.
En tres etapas se fueron construyendo. En tres etapas empezó a aparecer en pie el “Programa Vivienda Digna”. A él nos estamos refiriendo claro está.
Un núcleo habitacional de 40 viviendas que hoy es visible y campea gallardamente. Producto del buen ritmo de una coordinación laboral de las áreas de vivienda social de Desarrollo Social, de personal de la dirección general de Obras y de la carpintería de Servicios Públicos.
Para simplificar en números lo que venimos narrando, compartimos cifras. Se entregaron 22 viviendas en el curso del año 2016, otras 8 en el año 2017 y finalmente 10 en éste 2018.
Cabe recordar, que se contempla la accesibilidad de personas con capacidades diferentes con dormitorio y baño situados en la planta baja; en una de las construidas.
Naturalmente, es intención del gobierno de Salto continuar avanzando en los otros proyectos de construcción de viviendas que están en curso. En el marco de una planificación prolija y sólida.
La vivienda es una política estatal y aquí en Salto se plasma con éstas realizaciones. Además, fortifica esa confianza recibida que nos dio propulsión a escribir, aquellas líneas la semana pasada. La población expresa todo. Basta con solo observar.