La denuncia de los vecinos
Con fecha 5 de octubre, se presentó la siguiente denuncia ante la Seccional Quinta.
“A la Seccional 5ª de Policía de Salto. A través de este comunicado se busca informar la inconformidad por parte de los vecinos del Barrio Palomar, más específicamente a los comprendido en calle Diego Lamas a la altura del nueve, respecto al mal comportamiento y agresividad de los perros (de raza Pitbull) que habitan en Diego Lamas Nº 9, los cuales en reiteradas ocasiones han herido gravemente no solamente a otros perros, sino a personas. Aparte de esto, también se les ha podido ver ingresando a domicilios ajenos , amenazando la seguridad de los vecinos del barrio.
En repetidas instancias se ha comunicado la situación a la policía pero el caso no recibe la atención que los vecinos esperan, por lo que se recurre a realizar una junta de firmas para lograr que la policía tome las medidas adecuadas al caso.
Al pie de esta nota, siguen las firmas de 18 vecinos que aportan además el numero de sus cedulas de identidad.
Opiniones encontradas en torno a esta raza
Según los especialistas en razas caninas, sostienen que la agresividad que caracteriza al “pit bull” es una cuestión genética, de tamaño, de socialización y de tenencia responsable.
Acá y en diversas partes de la región, la polémica sobre esta raza se reabre cada tanto, cuando un animal de esta raza, ataca, llegando a lesionar , desfigurar y matar a persona, sin importar su edad o condición física.
Un médico veterinario, que solicito no ser identificado, señaló que: “Los pit bull han sido creados para la pelea; por eso tienen una carga genética de alta peligrosidad”.
El profesional explicó que “El perro desciende del lobo y, por lo tanto, no entiende que los mimos son cariños, sino que cree que lo tratan así porque es el que domina la familia”. Por lo tanto indicó “Un pit bull dominante y agresivo es aquel que gruñe cuando se le da una orden y no la obedece, dentro de la casa hace lo que quiere”.
Por lo tanto, sostuvo, todo depende más de la estimulación que recibe en su primera etapa de desarrollo, que es entre las primeras cuatro y doce semanas de edad. “Si no se le marca la jerarquía, inevitablemente va a ser agresivo”. El pit bull, llega a pesar alrededor de 25 kilos, lo cual ya puede ser juzgado como peligroso.