Imagínese perder el control de su vehículo y al despertar en el hospital verse paralizado del cuello hacia abajo. Esta es la historia de Kristopher Boesen, que experimentó un cambio total en su vida, cuando su coche perdió el control sobre una superficie resbaladiza de una carretera, chocando contra un poste de iluminación y un árbol. Los médicos advirtieron a los padres de Kris que nunca podría ser capaz de mover nada desde el cuello hacia abajo de nuevo.
A Kris se le ofreció la oportunidad de que un procedimiento le cambiara la vida potencialmente mediante el uso de células madre, lo que implicaba que ‘tenían la capacidad de reparar el tejido nervioso dañado a través de la sustitución de las células dañadas’. El procedimiento experimental no garantizaba ninguna restauración de la parálisis de Kris, pero para él, el riesgo valía la pena.
El proceso se inició en abril de 2016 cuando el Dr. Liu inyectó 10 millones de células AST-OPC1 directamente en la médula espinal cervical de Kris. Las células AST-OPC1 provienen de donaciones de óvulos que son fertilizados in vitro (es decir, en una placa de Petri). El Dr. Liu explica que; «por lo general, los pacientes con lesión de la médula espinal se someten a una cirugía que estabiliza la columna, pero se hace muy poco para restaurar la función motora o sensorial. Con este estudio, estamos probando un procedimiento que puede mejorar la función neurológica, lo que podría significar la diferencia entre estar permanentemente paralizado y ser capaz de utilizar los brazos y las manos. La restauración de la función a ese nivel podría mejorar significativamente la vida diaria de los pacientes con lesiones graves de médula.»
Los resultados
Después de tan sólo 3 semanas de tratamiento, Kris comenzó a mostrar signos de mejora, y a los 2 meses podía responder el teléfono, escribir su nombre y manejar una silla de ruedas. Había tenido una mejora significativa en sus funciones motoras; que son las transmisiones de mensajes desde el cerebro a los grupos musculares para crear movimiento.
Kris recuperó dos niveles de la médula espinal que marcaron una gran diferencia en sus habilidades de movimiento. Fue la diferencia entre un movimiento mínimo o ninguno en absoluto, y ser capaz de funcionar por su cuenta. Kris recuperó el aspecto muy importante de la independencia.
Después de ver los resultados de la terapia de células madre, Kris estuvo entusiasmado, diciendo; «Todo lo que he querido desde el principio fue tener una oportunidad de luchar … ¡Pero si hay una oportunidad para mí de caminar de nuevo, entonces sí! Quiero hacer todo lo posible para conseguir eso «.
El futuro
Aunque los médicos no son capaces de hacer promesas respecto a si el estado de Kris mejorará aún más, podrán seguir experimentando con la investigación de células madre para tratar de mejorar la probabilidad de que funcione plenamente en la parálisis.
Hasta ahora, se han dado grandes pasos y se espera que se continúe avanzando en la búsqueda para resolver la parálisis. El Dr. Liu y su equipo de la USC están decididos a seguir investigando las células madre y mucho más.
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