Cuando la actual administración con su jefe comunal en el timonel asumieron el gobierno local, la viabilidad de funcionamiento de la Intendencia estaba seriamente comprometida.
La asfixia sujetaba hasta inmovilizar la decisión aplomada de un equipo de gobernanza que recibía un abismo ejecutivo.
La primera tarea consistió en saber por dónde comenzar la deconstrucción de la ruina financiera más lacerante de la historia institucional de Salto.
Entonces asomaron los atisbos de una buena gestión, que se fue edificando con la responsabilidad y la racionalización planificada en la obtención de soluciones.
Una persistente búsqueda de soluciones, urgía desde el mismo instante de finalizada aquella épica elección departamental de mayo de 2015.
Con los funcionarios municipales arracimados en torno de las ollas populares, ante la coyuntura de no poder cobrar los salarios ante la declaración de cesación de pagos, el nuevo gobierno gestionaba con el Banco República, Afisa y la OPP la línea de crédito que desatara manos y liberara las ideas apretadas por tanto caos.
Han transcurrido casi cuatro años de haber comenzado a gobernar sin haber asumido la función. Insólito. Es que no se podía esperar hasta julio de 2015, y los logros son dignos de destaque en cualquier instante.
Se obtuvo el dinero para pagar las deudas heredadas. Más de 600 proveedores de Salto y del país pudieron cobrar lo que se les adeudaba. Hoy, la actual administración está al día con todo el rubro comercial e industrial.
Los trabajadores municipales cobran sus haberes en tiempo y forma. Sin atrasos y sin deberles absolutamente nada. Algo normal y que no sucedía.
Además, los mismos trabajadores de la Intendencia, pudieron recuperar la facultad de operar ante la plaza financiera y ante cooperativas de consumo, volver a solicitar préstamos, volver a tener al día la cuota del fondo de salud y a beneficiarse con múltiples convenios que el ejecutivo actual ha celebrado en interés del funcionariado.
Se ha invertido, desde el gobierno actual de Salto, en la renovación total de la infraestructura vehicular como nunca se recuerde.
Esta Intendencia genera ingresos por encima de los egresos, por tanto, la recaudación supera en proporción a los gastos. Esto se alcanza con criterios de buen gestor, racionalización de gastos y optimización de recursos genuinos.
Este jefe comunal, eliminó las compensaciones y las sub direcciones. Ahorro presupuestal que, ente otras cifras, ha permitido el descenso del rubro cero.
El rubro cero (derogaciones en salarios a trabajadores) estaba en tiempo de las tinieblas del período pasado en el 86% y actualmente se sitúa en el 64% y con perspectivas de continuar a la baja.
Se paga menos por concepto de salarios y existe más capacidad de inversión en interés del Departamento.
Al asumir éste gobierno, existían 1.929 funcionarios en planilla y hoy día la grilla cuenta con 1.694. Las designaciones directas, es decir, personas que no integran la carrera funcional; se retirarán todas ellas al finalizar el presente período.
Mucho más podemos compartir. Y hacerlo en un ambiente de paz provoca una sutil delicadeza del ánimo, que trae consigo la satisfacción alcanzada.