Un montón de afectos especiales se escabulleron sobre esa mesa oval, en la calle Juan Carlos Gómez 32. La dirigencia del Baby Fútbol encontraba ese cobijo que alienta a adentrarse en un proyecto significativo para el deporte de nuestro Departamento.
La infraestructura deportiva que moviliza Salto ha crecido en forma exponencial en los últimos quince años quizá.
Existen, en nuestra ciudad, varias ligas de equipos de fútbol, diversas categorías que confraternizan y rememoran mucho más, que ese afán por persistir en un resultado.
Cada fin de semana las canchas se abarrotan de emociones, el fútbol femenino cuenta ya con una consolidada organización, empezando a plasmar sus logros tras años de esfuerzos reivindicatorios.
Una formidable programación futbolística desparrama escenarios para practicar deporte y encadena todo un entramado de fechas, partidos, categorías y, naturalmente la presencia de espectadores, familiares, la vecindad que alienta y vendedores ambulantes para acompañar el refrigerio luego del despliegue de energías.
Y en el comienzo de esa vorágine de pelota al piso, que es como el principio, allí donde se forja la personalidad en modelo de socialización, donde niños y niñas se mezclan para no marcar las diferencias; está la Liga Salteña de Baby Fútbol.
Expresó su interés al Gobierno departamental, de esmerarse por la infancia construyendo un complejo deportivo, contar con canchas apropiadas, instalaciones acordes y la sede edilicia en donde la dirigencia defenderá los nobles valores de integración.
Hoy sabemos que en barrio Artigas, entre el arroyo Ceibalito y la cantera de material de la comuna sobre la Avda. Oribe, el jefe comunal y su equipo de trabajo decidieron con gran aliento la donación de un terreno.
En ese lugar, la purretada se divertirá en grande sin forjar las diferencias. Ahí correrán detrás de esos anhelos de compartir, conocer, reír y crecer viendo a otras personas defendiendo esos mismos ideales.
Es clave el apoyo de la Intendencia en éste tipo de iniciativas. Lo viene haciendo con todo el deporte. Recientemente el club Ceibal mejoró sus vestuarios y realizó arreglos en el Rufino Araújo para presentarlo en condiciones en el umbral del torneo local.
Su presidente agradeció al área de Deportes de la comuna y al Departamento de Obras por su inmensa tarea.
Poder ver y entender el juego es aceptar que somos distintos. Enorme compromiso para quienes conducen el fútbol desde la primera experiencia.
Jugar para sentir y emocionar, para difundir valores de convivencia y humanizar el vínculo deportivo del baby, es labor de la gurisada y fundamentalmente de los adultos que acompasan.
De padres, madres y dirigentes en especial. Fortificar la calidad de buenas personas prepara para lo que vendrá.
Cruzar de vereda y señalarse unos a otros, ocurre en el mundo adulto. Inevitable tiempo que la niñez que hoy hace el fútbol salteño de estos días, encontrará algún día.
Ahí, en un terreno de 200 metros de frente por la avenida y de unos 300 metros de fondo, no importa quienes son, al menos por un rato.
La buena siembra nos depara más esfuerzos, más dedicación, más tiempo, más trabajo. De las instituciones y de los organismos. La liga del Baby fútbol y el gobierno de Salto encontraron desde un proyecto, el propósito de la consolidación.