Mientras en Montevideo, el Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicios y Afines del Uruguay (CAMBADU) denunció que cadenas de supermercados, estaban siendo favorecidos en el abastecimiento de mercadería diversa de gran demanda por el consumo de los hogares, en nuestro medio, se indicó por algunos almaceneros consultados, que esa situación en Salto no se da.
En ese sentido, se apuntó que en general, las distribuidoras mayoristas del medio, han mantenido contactos permanentes con los negocios barriales, para la reposición de mercadería que la demanda de sus clientes agota.
El menudeo recrudece
Reflejando la situación difícil, complicada de muchos trabajadores, en especial de quienes viven al día, de acuerdo a lo logrado en changas o en trabajos zafrales, la compra pequeña de pocos pesos, de azúcar, yerba, harina, fruta, huevos y todo lo imaginable, que en los supermercados no se da, en los barrios, ante otra realidad, se atiende y refleja, vendiendo de acuerdo al dinero que el comprador dispone.
Así la venta, se hace de acuerdo a esa realidad y el fraccionamiento de productos que vienen envasados a kilos, se hace naturalmente a gramos, para poder atender esa demanda de escasos pesos y muchas monedas.
Realidad comercial que no es nueva pero que se acentuó en los últimos días, como reflejo de la pandemia y la caída de económica, sumado al envió o cese de trabajadores tanto en el ámbito formal como informal.
Un ejemplo, que se nos señaló, fue lo que sucede en algunas chacras del cinturón de nuestra ciudad, donde tareas de cosecha o implantación de cultivos, se ha visto reducida a dos o tres jornaleros en promedio, bajando de esa forma, las plazas, que eran mayores hasta hace poco, porque la incertidumbre de cuanto va a durar la pandemia y sus consecuencias económicas – laborales, llevan a esta natural retracción, que ya se venía insinuando y que ahora, notoriamente se agudizó.