Ese orden de la casa condiciona y determina el porvenir. Ha sido parte integral de la vida de las personas y de la institucionalidad. Las finanzas en cada domicilio y más aún; las de un Departamento, suelen adherir una especie de talón de fragilidad.
En ocasiones logra inmovilizar. Otras tantas veces, dificulta acomodarse y empezar de nuevo como si fuera otra vez.
Y, trayendo algo de memoria, Salto y su administración departamental; se hubo declarado en cesación de pagos allá en aquel tenebrosos umbral de mayo de 2015.
Justo antes de asumir el actual jefe comunal y su equipo. El desafío era súper importante y la responsabilidad muy pesada de sobrellevar.
Es decir, los antecesores no podían pagar lo básico y esencial: los salarios de sus trabajadores. Circunstancia para no olvidar. Factor clave, cuando venga el tiempo de evaluar volviendo a decidir sobre los destinos electorales salteños.
En éste hoy, el gobierno de Salto sigue cumpliendo con el funcionariado, con los proveedores, con el Estado y lógicamente; con la población gobernada.
Hace tan solo algunos días, el director de Hacienda de la comuna expresaba:…”la Intendencia está pagando normalmente a todos los proveedores y totalmente al día con las retribuciones salariales de los funcionarios municipales”…
La ciudadanía podrá pensar que no es necesario mencionarlo. Nadie duda de ello por tratarse del primer deber.
Estamos de acuerdo, puesto que corresponde a las facultades de administrar los recursos; en forma ordenada y honesta de parte de los gobernantes.
Pero lo extraordinario de tirar del pasado, trayendo un drama de no hace tanto, radica en que antes no se pudo hacer o no se quiso. Eso es incontrastable y demostrable.
En Salto, la transformación progresiva de la coyuntura de calidad de vida de su población; ha ido siempre para adelante. Encuentra robustez con múltiples realizaciones, mejoras, obras urbanas, inclusión con auténtica participación.
Con la gestión actual se involucran, casi sin querer, las instituciones y organizaciones de la sociedad civil, diversos ámbitos del sector privado empresarial, industrial, educativos no formales, colectivos reivindicados por las políticas de desarrollo que motiva el gobierno nacional.
En éste Salto, tan opuesto a aquel de la noche prolongada que duró un lustro entero; amanece todos los días. El sol viene saliendo y destella la planificación.
Buscando ir siempre a más, sin aflojar nada porque la tarea de seguir administrando con forma de criterio, prolijidad financiera y participación ciudadana nos mantendrá con vida.
Cada vez que el día se sienta a morir, nace esa sensación de que nos levantaremos con alguna buena nueva. Para satisfacción de algún barrio, zona o localidad del centro de los recursos.
La economía dejó de ser una trama social, como afirmara el filósofo alemán y fundador de la administración pública en mercado Max Weber.
Al menos por acá en Salto, los papeles contables no se empañan. Ya no duele aquel frío de la noche larga que se ha ido.
Vivimos el día a día sabiendo que las cosas, van a estar bien.