Tuvimos ocasión de constatarlo con solo observarlo, hace unos días. El equipo de gobierno de Salto ha estado siguiendo el acontecer en los distintos municipios y San Antonio no ha escapado al diagnóstico situacional.
Se trata de ese primer paso procurando hacer siempre un poco más, por el interés de toda la población. La superación progresiva de la calidad de vida de la ciudadanía salteña es el envión base que impulsa toda acción incrustada en el deber de hacerlo.
Las personas de éste municipio distante a tan solo veinte kilómetros de la ciudad, expresan su entusiasmo. La maquinaria vial de la Intendencia despliega, por estas horas, intenso trabajo para acondicionar la caminería.
Personal de Obras de la comuna viene realizando la reparación, la limpieza de fajas y perfilado de los caminos. En algunos casos, los caminos están recibiendo algunas recargas de material que resultan pertinentes.
La mejoría de las vías de circulación, de una vasta zona de los productos de granja como ser verduras, hortalizas y frutas; resulta significativa.
Confluyen en un entramado de caminos, cerca y dentro del municipio de San Antonio; un importante tránsito de la producción hortifrutícola en una zona de chacras, huertas y quintas con gran capacidad productiva.
Pudimos observar la maquinaria vial arreglando los caminos en Colonia Garibaldi, en barrio San Pedro, en Parada Viña, en Colonia Harriague, en Colonia Gestido, en Estación Itapebí entre otras localidades y parajes.
Sabido es, el cronograma del departamento de Obras de recuperación de caminos rurales con varios equipos apostados y diseminados. La intensidad se incrementa y las localidades donde todo transcurre más lento, se conmueven ante esa arremetida laboriosa de los funcionarios; que empuja hacia el crecimiento y la inclusión.
Bien hay que decirlo. Al finalizar los trabajos en esta circunscripción, los equipos viales se movilizarán hasta la zona de Corralito donde realizarán arreglos similares a los mencionados.
En San Antonio los reconocimientos acarician hasta alcanzar al equipo de gobernanza departamental. Así lo vivificamos al adentrarnos en distintos domicilios y hablar con las familias.
Naturalmente, surgieron algunas preguntas, nos rodearon las ansiedades que contenían esos rostros pero también; esa confianza de saber que la comuna es capaz de arrojar de su agenda administrativa; buenas nuevas para toda la población.
Salto es muy grande y las exigencias multiplican los esfuerzos. La mente y el físico de funcionarios, directores y del propio jefe comunal, cierran filas por no defraudar a ese programa de gobierno que muestra un continente de cosas para hacer.
Estar en todas partes es una cuestión de voluntad, y a ésta administración de Salto la dinamiza. Y es, además, una aptitud de convicción. Es eso de entender que nadie debe de quedar relegado sin importar dónde viva. Ni un ápice. Eso no debe ser permitido.
Por ello, paralelamente, en el camino a la Cuchilla, en Colonia Itapebí y en Paso Cementerio; se reparan caminos con más equipos viales y más funcionarios de la Intendencia cambiando horas por entrega generosa.
Asistimos a un embate de obas, tareas y concreciones para que toda la población vibre. Hay algo muy dinámico que cambió la vida en Salto. Un auténtico aluvión, de pasos hacia adelante.
