En la planificación trazada, ocupa un lugar primordial el dotar a la infraestructura rodante de la Intendencia de esa robustez que trae consigo la jerarquía del servicio a brindar.
Aquí es dable destacar, los esfuerzos del departamento de Servicios Públicos en la preparación y diseño de la licitación del significativo parque automotriz de la comuna. La ardua negociación con las empresas importadoras de Montevideo arroja éste presente.
Siguiendo los lineamientos de Hacienda, desde Blanes y Uruguay se fue elaborando la estrategia que hoy, la población aprecia y recibe de buen agrado. En definitiva, es la destinataria de dicha concreción.
Gana el servicio, mejora la productividad en la tarea, se alivia al personal mecánico que hacía malabares para sostener algo que a ciencia cierta; había cumplido su ciclo.
Han arribado a nuestra ciudad, y ya se les pueden apreciar cumpliendo funciones, los tractores que desempeñarán tareas en el sector de parques y jardines, así como además se auxiliará en el levantamiento de podas que tiene el cíclico recorrido.
Basta recordar que se sigue un cronograma ordenado y metódico por ocho zonas de la ciudad que conforman un circuito con días y horarios prefijados.
Poco a poco se va alcanzando la satisfacción de haber podido alcanzar las metas que fueran trazadas.
La economía comunal abraza la estabilidad. Ya no hay sobresaltos financieros ni gargantas sofocadas por aquellos números escandalosos.
A cada repartición le van llegando las buenas nuevas. Y está bueno que la ciudadanía sepa cómo se ha hecho puesto que, debemos de caer en la cuenta de que, con las aportaciones económicas de los contribuyentes es que se ha podido hacer esta muy meritoria inversión.
Hacía algo más de treinta años, es decir, el tiempo igual a cinco o seis administraciones departamentales que la flota vehicular no recibía una renovación absoluta y generalizada como la que lleva adelante el actual equipo de gobernanza de Salto.
Tampoco perdemos de vista un hecho trascendental: si ésta mega renovación es posible es debido a que desde nuestro Departamento se transfiere confiabilidad.
Los inversores y las empresas automotoras no están para perder. Si ven el menor atisbo de desprolijidad o insolvencia, el negocio aterriza en otro lugar.
De aquel tiempo de cesación de pagos declarada, es decir, de la era donde no se podía pagar salarios a los trabajadores de la Intendencia, de aquel tenebroso mayo de 2015 a éste florecer funcional, administrativo y programático; se atravesaron por vicisitudes y angustias.
Hoy, es otro estado. El sol sale todos los días y las manos tendidas rodean a Salto. Llegará la nueva maquinaria vial y las unidades de los ómnibus cero kilómetro; cerrarán un ciclo inolvidable.
La vorágine de los acontecimientos a veces consigue hacer desviar éste tipo de concreciones históricas de los méritos de un periplo de gobierno. La memoria es un buen antídoto para salir al cruce. Y así lo haremos, con eficacia y constancia.