La mañana del 9 de julio del año 2015 la empezamos en Fray Bentos. Es que fuimos a Río Negro para acompañar la asunción del intendente fraybentino ingeniero agrónomo Oscar Terzaghi. Un lindo momento en el teatro de la capital departamental de un hombre lleno de valores que hoy genera desarrollo para su Departamento. Luego volvimos ya pensando en la ceremonia donde asumimos con todo el equipo de gobierno en la Plaza de los Treinta y Tres. Un momento inolvidable que nos marcó y llevó a que de a poco la Intendencia de Salto recuperara la confianza, el crédito y la vigencia de su accionar.
No fueron fáciles los primeros pasos, teniendo en cuenta la enorme deuda que debíamos asumir. Y es que aún antes de ser gobierno, realizamos las acciones pertinentes y los trámites para que todos los funcionarios municipales pudieran cobrar adeudos pendientes y regularizar en forma urgente los atrasos con cooperativas y bancos estatales donde la comuna, como agente de retención, no había cumplido su rol. Esos primeros meses fueron de los más difíciles que nos ha tocado sobrellevar, empezando el largo camino de poder sanear la economía de la Intendencia, volver a tener credibilidad como institución, en los proveedores y sobre todo en los salteños; reorganizar toda la logística de la Administración, volver a poner a andar las cuadrillas de obras, a funcionar los talleres, a regularizar el levantamiento de basura y poda y a comenzar lentamente a recomponer los vínculos con los funcionarios.
No lo hicimos solos, tuvimos el enorme apoyo de los funcionarios, del equipo de gobierno, de la fuerza política y de la gente que creyó y cree en este proyecto. De a poco la confianza retornó, el crédito también, y así empezamos a avanzar luego de sentir la tierra arrasada bajo nuestros pies.
Hoy, cuando recorremos la ciudad, los barrios, la campaña, recibimos pedidos de mucha gente, y está bien. Pero también los hacen porque saben que tienen chances de que se cumplan.
Y eso también es un crédito ganado pues nos permite entender, y cumplir en la medida de lo posible, el pedido de la gente, que muchas veces es un sueño que se anheló largamente y que ahora o se cumple, o se da una respuesta a la espera de la ejecución. Como la obra pluvial en la zona de Charrúa pasando el veinte, cerca del Shopping, que esperó décadas, como el hormigón de Bilbao cerca de la feria, que solucionó un problema de larga data. Así seguiremos trabajando.
